En la cima, en lo más alto de la nota de acceso a la universidad se encuentra la medicina. Bien es cierto que no todos pueden acceder y que más de uno tiene que frustrar su vida con otras cosas que se le parezcan.
Pero el acceso es eso: solo una nota.
Me pregunto si los que entran hoy día lo hacen por verdadera vocación, o porque la medicina se considera de alto prestigio en la sociedad, donde apenas hay paro, donde el sueldo es bastante alto.
Y digo esto basándome en lo que día a día tengo que ver en el hospital. Los médicos pasan visita cada vez antes, a eso de las ocho de la mañana, cuando las enfermeras están preparando la medicación y los pobres pacientes están todavía durmiendo y sin lavar. Esto genera bastantes desventajas: por un lado, la falta de la enfemería en dichos pases, y por consiguiente menos información acerca del paciente (porque por si no lo sabeis, quien pasa todo el tiempo con el enfermo son auxiliares y enfermeras); y por otro lado, el malestar que se genera en el paciente al ver entrar a su médico (visto como un semidios, alguien que puede curarle y por el cual sienten un fuerte respeto) en su habitación estando dormidos, quizá roncando, y sin haberse aseado adecuadamente: y esto les da vergüenza.
Y es cada vez se mira menos por el paciente. Y señores, si ustedes trabajan es gracias a los enfermos, ya que sin ellos, todos: tanto médicos, como enfermeras, como auxiliares y todo el personal que trabaja en un hospital, todos se van al garete.
Y es más, las consultas se hacen cada vez más cortas, se mira el estado externo, lo que se ve; se les pregunta qué tal han dormido, se les ausculta, y adiós muy buenas; señor, está usted muy bien. Y el pobre paciente se queda como: ¿entonces qué hago yo aquí, un día y otro, si todos los días me dicen que estoy bien?
Como he dicho antes, cada vez pasan más temprano, lo cual supone también un fastidio para los familiares. Tienen que estar a primera hora esperando y luego se les da la información en el pasillo. ¿Dónde queda la intimidad? En el pasillo puede oirlo cualquiera. ¿Y qué me dices de estar a las 8 de la mañana ya en el hospital?
Hay gente con situaciones familiares muy complejas, y no todo el mundo puede llegar a esa hora todos los días.
Me da la sensación de que estos médicos se han metido por el honor que da ser un doctor. Simplemente por oir a la familia: oh, mi hijo es un doctor, es que es muy listo. Y no niego en ningún momento que haya gente con verdadera vocación.
Pero lo que veo en muchos, es un aire de superioridad, se pasean por los pasillos con las batas blancas, mirando por encima del hombro. Y perdónenme, pero todo es un engranaje en el que si falta una rueda, la máquina no funciona. Nadie es superior a nadie, simplemente cada uno se encarga de desempeñar su puesto.
La enfermería podría causarle muchas molestias a estos médicos tan sabiondos y presumidos. Simplemente con ir detrás para verificar cada medicamento que se pauta, poner en duda todo lo que hacen y no obedecer... solo con estas cosas, se podría fastidiar. Pero no se hace, y no por falta de ganas a veces, si no porque lo que realmente nos importa es el bienestar del paciente, cuidarlo.
Cuidado. Palabra que los médicos parece que han olvidado. Para que una persona se instaure en su vida normal, y sea tratado adecuadamente en un hospital, precisa de que se le sane y se le cuide. Sanar y cuidar, dos palabras que en el mundo se atribuyen a la medicina cuando se habla en la calle, y que en la práctica es bien distinto. Sí, ellos sanan, pero aquí en España se les olvida cuidar.
He aquí la explicación de por qué la enfermería española está tan desarrollada a nivel mundial. Gracias a que los médicos españoles son cada vez más egoístas, a que solo se preocupan por el dinero, y a que no cuidan.
Y sí, me baso en un hecho que se da muy a menudo, y que lo llevan muy en secreto. Si un día decides enfrentarte a ellos diciéndolo, se te echan encima. En las guardias y en los días festivos, la normal es: SOLO SE OPERA DE URGENCIA. Pues no sabeis el chollo que hay montado por ahí. Ponen operaciones normales en estos días, acusándolo de urgencia para poder hacer ver que están quitando lista de espera (y son operaciones de gente con cita previa) y por consiguiente llevándose en su bolsillo dinero extra, ya que estas operaciones "urgentes" están muy bien pagadas.
Y quien es listo para decir nada. Los médicos son una piña. Y la verdad, eso lo admiro, porque la enfermería apenas lo tiene. Los médicos se defienden unos a otros, aunque se lleven fatal y se odien a matar. Cuando vienen los problemas todos se unen para ponerle cara.
Cosa que nosotros tendríamos que aprender de ellos, ya que muchas de nuestras compañeras echan por tierra el trabajo de las demás cuando algo está mal hecho, en plan: si esto no lo hice yo, fue mi compañera.
Ganan mucho dinero, y es cierto que tienen mucha responsabilidad, además que la carrera no es nada fácil y es muy dura. Pero un hospital depende de un equipo y da igual que haya otros que ganen menos, a cada uno le corresponde una parte. Lo digo por un anécdota que me contó una enfemera: y es que querían hacer un estudio, por el cual necesitaban que se sacaran analíticas a todos los pacientes por las mañanas para luego ellos estudiarlas; y las enfermeras pidieron formar parte del grupo de estudio ya que eran ellas las que pinchaban. Ellos no pusieron ninguna queja y aceptaron. Pero a la hora del pago (y hablo de muchos años atrás, esto es anecdótico) los médicos se quedaron con todo el dinero, quedando el demás personal muy indignado ya que, si no se hubiera pinchado y mandando, ellos no tendrían nada que analizar, y por consiguiente, no habría estudio.
Pero yo, como estudiante que soy, tengo esperanza, creo firmemente en un cambio con las generaciones futuras, con mi generación, por una sanidad mejor. Aunque bien es cierto que es muy díficil.
Si todos estamos unidos, quizá lo consigamos.
Queridos médicos: no pretendo ofender a nadie con este escrito, solo quiero dar a la luz algunos aspectos que me han sorprendido e indignado en estos últimos meses. Muchos de vosotros sois fantásticos y luchais día a día por solucionar los problemas. En ese caso os admiro muchísimo.
Pero elegí la enfermería porque me gusta mucho más el trato con el paciente, cuidarle y reconfortarle. Hay cosas para las que la ciencia y el saber no tiene respuesta. Solo una escucha o una acción de cuidado permanente puede salvar muchas vidas y dar esperanza.
Y como estudiante de enfermería que soy, he de decir que también hay trapos sucios acerca de nuestra profesión. Pero eso.... eso, es otro cantar. :D