El corazón en un puño.
Una historia de esas que te hacen pensar, salir del cine y no parar de hacer teorías (cada vez más rebuscadas) sobre la intencionalidad de los personajes protagonistas.
Hacía mucho tiempo que una película no causaba en mí tanta confusión en un final aparentemente resuelto. Señores, hablo de la creación cinematográfica española "La isla mínima", la cual me he quedado con ganas de volver a ver para atar cabos sueltos y sobre todo darle importancia a esos pequeños detalles que seguro, son esclarecedores.
El cuerpo de la película se basa en la investigación, por parte de un par de policías, de la desaparición de dos chicas jóvenes. Todo gira alrededor de las aportaciones que los habitantes del pueblo van relatando, al que se van hilando una serie de casos antiguos, creándote un excelente caos mental en el cual no sabes detectar con facilidad quiénes de todos ellos son buenos y quiénes malos; y a lo cual puede añadirse que la mitad de la película la estás viendo en tensión. Una tensión de esas que te hacen moverte y revolverte en tu butaca, de esas que te hacen querer quitar la mirada de la pantalla, pero a la vez te obligan a no apartarla para no perderte ni una milésima de segundo de la escena y que te engancha y llena. Una tensión de nervios ante lo impredecible.
Repito, hacía mucho que una película no causaba en mí tantas sensaciones, cada cual más variopinta.
El final: el cual no quiero destripar para animaros a que la vean; me parece muy bueno. En mi opinión hace que la última escena dé un giro a la interpretación de todo lo acontecido. Da luz y oscurece a la vez: como una claridad que precede a una tormenta de ideas que comenzará una vez comiencen los créditos.
De verdad, me ha gustado mucho.
La veré pichón! me encanta el cine español!
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