martes, 22 de julio de 2014

Garbanzos a presión

Antes de empezar este escrito quiero darle las gracias a mi amigo escritor por darme la inspiración necesaria para escribir esto.

Cuanto más me rodeo de niños (tan llenos de esa preciosa inocencia) más me doy cuenta de que la sociedad nos corrompe. Sí, todavía creo en las personas, en las acciones buenas; pero del mismo modo creo que todos somos inocentes hasta que nos dicen, nos hacen o vemos hacer algo que pone punto y final a la inocencia.
No podemos ser ingenuos toda la vida... y tampoco inocentes, porque de lo contrario nos llevaríamos muchísimos palos. ¿Pero por qué? Porque hemos caído en un movimiento de masas en el que o comes o te comen, en el que la inocencia no tiene lugar ni cabida, donde los niños maduran cada vez más deprisa, donde si con 15 años aún sigues siendo virgen eres un bicho raro, si entras a la universidad sin haber tenido novi@ eres un extraterrestre, si no bebes no sabes divertirte, si estudias eres un empollón sin vida social, si... si...


¿Realmente somos así o la sociedad nos hace ser así? Parece que vivimos en un olla express, que solo somos un conjunto de garbanzos que esperamos dejarnos cocer por la presión del ambiente. Y después... todos, tarde o temprano, acabaremos siendo caldo de cocido.






1 comentario: